Película mala... entretenida...., pero pagar por esto en el cine.. NOOOOOOOOOOOO..... leer la crítica que he puesto.., estoy completamente de acuerdo con ella....
http://www.lashorasperdidas.com/index.php/2012/06/15/ms1-maxima-seguridad/
fuente.-
MS1: MÁXIMA SEGURIDAD
James Mather, Stephen St. LegerJames Mather, Stephen St. Leger, Luc Besson
Guy Pearce, Maggie Grace, Vincent Regan, Joseph GIlgun, Lennie James, Peter Stormare, Jacky Ido, Tim Plester, Mark Tankersley, Anne-Solenne Hatte, Peter Hudson
James Mather
Camille Delamarre, Eamonn Power
Alexandre Azaria
Romek Delmata
Leila Smith, Marc Libert
Luc Besson, Andjelija Vlaisavljevic
Europa Corp, Canal+, Ciné+
Aurum
En algún momento a finales de los 90, poco después de El Quinto Elemento, Luc Besson decidió relegar su labor como director a un segundo plano (salvo Juana de Arco
el resto ha sido poco destacable) y dedicarse a fabricar churros
cinematográficos, sobre todo como guionista y productor. Cuando digo
churros, no digo que sean necesariamente malas películas, pero desde
luego son vagas, reiterativas y de manual de guión en el peor sentido
del término: pura fórmula y ninguna intención por contar “algo”. MS1: Máxima Seguridad (Lockout
en inglés), es quizás uno de los ejemplos más sangrantes, un telefilme
de acción futurista que si no fuese porque tiene a Guy Pearce como prota
no valdría ni para regalarse con la revista Tiempo.
La película es un revoltijo de Jungla de Cristal, Fortaleza Infernal y 2013: Rescate en los Ángeles
en el que Pearce da vida a Snow, un agente especial del gobierno que es
acusado de un crimen que no ha cometido tras lo que parece una
encerrona a toda regla. Sin un juicio justo deciden condenarlo en la
prisión espacial de máxima seguridad MS1, en la que los presos se
conservan en “estasis”. Pero hete aquí que justo antes de que le
destinen a semejante tugurio espacial, se produce un motín en dicha
prisión en plena visita de la hija del presidente, que sospecha que la
estasis produce peligrosos efectos secundarios. Ante la necesidad de
mantener el asunto con discreción, la misma gente que condena a Snow le
encarga rescatar a la hija del presidente con la promesa de futuras
contraprestaciones y de poder desentrañar la trampa de la que ha sido
víctima. Como digo, guión de manual, ya tenemos todos los ingredientes
cuadrados en una única situación que promete resolver todos los frentes
abiertos. Ok, correcto, es lo que uno espera de una peli así.
Pero claro, no todo son ventajas cuando hacemos un guión a partir de
un molde y sin ninguna pasión por lo que contamos. El desarrollo de esa
situación se convierte en previsible a más no poder y con la sensación
de que prima más cuadrar la película en 90 minutos que en contar algo
interesante. Snow va de acá para allá, la chica trata de mantenerse con
vida ante la jauría de presos, liderados, cómo no, por el clásico hombre
malo pero inteligente, que a su vez tiene allí al descontrolado
psicópata de su hermano. Algunos tiros, algunos mamporros y tópicos
duelos de poder entre los presos y entre los funcionarios del gobierno a
cargo de la situación. Todo, con un ritmo correcto, pero con escenas de
acción sin ningún tipo de imaginación. Así hasta llegar a un clímax tan
flipado como precipitado y tópico, para cerrar en un tercer acto con su
debido giro inesperado, explicado con su debido flashback, que deja las
piezas en su debido sitio.
Tema aparte es el de los efectos visuales. La película resuelve las
escenas más complejas en ese aspecto con desenfoque de movimiento,
gausian blur, planos agitados y muchas prisas en montaje para que no
cante el escaso presupuesto que tienen entre manos. La persecución en
moto del comienzo y el “aterrizaje” del final (de la prisión a tierra en
20 segundos) son tremendos. No es que se noten los efectos, es que se
nota que tratan de disimularlos, y no sé qué es peor.
Nada especial, nada interesante. Lo único que mantiene la película a
flote es, como decía al principio, Guy Pearce, que coge su papel de
socarrón héroe de acción anclado en el aparente sudapollismo, y lo
defiende a base de carisma y enriqueciendo el obligado surtido de
oneliners que vienen en el guión. Gracias a él, lo que sería un truño de
videoclub, se convierte en un simpático truño de videoclub.
No la conocia! besos
ResponderEliminarno te pierdes nada
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